Corría por un bosque en sombra, una penumbra verdosa que escapaba por debajo de las hojas de los árboles. El penetrante olor a humedad y madera en descomposición lo inundaba todo. La cabeza le retumbaba cada vez que sus pies entraban en contacto con el suelo; apoyaba el pie en una rama, saltaba, y seguía corriendo.
Trepó por un monte musgoso, impulsándose con las manos para no perder velocidad en la subida, aferrandose a las rocas y a los salientes. Cuando llegó a la cima siguió corriendo, esta vez cuesta abajo, aterrizando de puntillas, con las rodillas flexionadas cada vez que daba un salto. Con cada salto ganaba terreno.
Volvió a hundirse en las sombras del bosque. A veces tenía que correr a cuatro patas; las ramas más bajas de los árboles le azotaban la cara, pero tenía que seguir corriendo.No tenía objetivo. El objetivo era correr, correr hasta que se le rompieran los músculos y no pudiera mas. La salvaje carrera se prolongó durante dos días con sus noches.
Ya ni siquiera recordaba de dónde venía aquel dolor que le había impulsado a empezar. Solo sabía que debía seguir corriendo.
Apuntate a la vida sana y corre... por el bosque.
ResponderEliminar¡Yo quiero correr por el bosque!
ResponderEliminarYo no, los bosques están frios, húmedos, embarrarados; Están llenos de ramitas bajas (de la que piensas que se quebrarán en tu carrera, pero no, se doblan a tu paso para lacerarte el cuerpo entero).
ResponderEliminarAdemás de raices sobre salientes que tienen las mismas propiedades que los muebles de un dormitorio (es decir +10 al critico con el dedo chico).
Has probado a ir al bosque en verano o primavera? Ya no estara ni húmedo ni frío ni embarrado xD Y las mangas largas arreglan todo eso de las ramitas.
ResponderEliminarCarlos, el chico urbano xD
Chacho, que he paseado por bosque unas pocas de veces, mi pueblo está rodeado de (micro)bosques y monte.
ResponderEliminarY hace frio, y te persiguen los lobos.