jueves, 11 de noviembre de 2010

Cotidiano

Estaba subido en el arbol, y los muertos no cesaban de llegar.
Se había alejado un poco del grupo, internándose en el bosque para coger leña y, si las encontraba, raíces comestibles. Había estado utilizando su hachuela para cortar los maderos en trozos mas manejables; seguramente había sido eso lo que los había atraído. Una docena, moviendose juntos y apretados a través de las ramas. Eran recientes, por lo que se movían relativamente rápido. Nada mas verlos soltó la leña y echó a correr. Conocía las normas; deja lo que tengas entre manos y muévete. Ya tendrás tiempo luego.
Trepó a lo alto del árbol; estaba acostumbrado. Solo diez años sin servicio de podas y el bosque se estaba apoderando de todo; estaba seguro de que casi toda Europa era bosque ahora. Que trepar a los árboles era importante lo aprendieron pronto; las ardillas seguían vivas.
Hizo lo que tenía que hacer, lo que siempre funcionaba. Partió una rama cercana y la arrojó lo mas lejos que pudo; el sonido les atraería. Sin embargo no lo hizo. Estaba en lo alto de la rama y no podía salir. Empezó a entrarle el pánico.
Iba a morir allí. Los muertos no tenían prisa, y sus compañeros no tardarían en irse; si no volvía a tiempo era porque se lo había comido un muerto, eso lo sabían todos. Se pasó la mano por la cara, sudando. El estómago le empezaba a doler.
-Joder, piensa-siseó, muy débilmente. No quería atraer mas de ellos.
Entonces cerró los ojos y se concentró. Estaba en lo alto del árbol. Llevaba un cuchillo, como siempre, pero no la hachuela. Partió una rama de una patada; la quería larga y lo más húmeda posible, para que no se quebrara. Partió las ramitas secundarias con las manos; no necesitaba un trabajo perfecto.
Una vez hubo terminado cerró los ojos, soltó aire, y comenzó a cortar la madera. No quedaba mucho para el anochecer, pero no tenía que ponerse nervioso. Estar relajado era esencial para salir vivo. Talló una punta en un extremo de la rama; tosca pero útil. La miró. Parecía lo suficientemente afilada.
Inclinandose desde las alturas, destrozó las cabezas de los muertos.
-¡Joder, Toni!-le dijeron cuando llegó al campamento-¡Nos has dado un buen susto! Creíamos que no volverías.
-Yo también lo dudé, durante un rato-sonrió-¿Dónde dejo esta leña?

5 comentarios:

  1. Esta muy bien,buen ambiente zobie,pero no es una pasada que el tio acabe los doce desde arriba.

    ResponderEliminar
  2. vaya escalar arboles no estaba en la lista de habilidades necesarias ante el alzamiento zombie habra que aprender :7

    ResponderEliminar
  3. Pues debería estar! Imaginate que te ocurre esto...
    Y bueno, matar a los doce sería dificil...si los zombies esquivaran, pero es que no se preocupan de eso; solo andan y comen gente. Clavarles un palo en la coronilla no debería ser muy dificil

    ResponderEliminar
  4. Ya decia yo que no habias escrito nada sobre zombies.

    ResponderEliminar